Un lunes entre tantos
desperezando el nuevo día
con bostezos de insomnio
que desdibujan el camino
arrastrándonos al quehacer
en la fábrica
Todos aprietan el paso
nadie mira
cierran el corazón y la razón
guardando silencio negro
Ella mientras está gritando
y pide ayuda en soledad
entre tantos desconocidos
que la ignoran
El se aprovecha del amanecer
de las prisas y las sombras
del anonimato de la ciudad
gran hormiguero
Y la destruye con sus manos
en menos de un minuto
Todos se apresuran a coger el metro
sin mirar
un lunes más.
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